El Arte de Cambiar Marcas en Movimiento

El Arte de Cambiar Marcas en Movimiento

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By Iván Díaz


La velocidad es igual a la masa por la aceleración. Esta te la debes saber, una fórmula que nos enseñan en el cole para ilustrar que una vez te tiras cuesta abajo, la probabilidad de que se te vaya de las manos es bastante alta.
Todo cuerpo con masa, al aplicarle cierta fuerza tiene la capacidad de coger velocidad. En el fondo no es muy distinto a lo que les pasa a las compañías, a más masa, necesitan más aceleración y acaban inmersos en un viaje de alta velocidad que se retroalimenta, haciendo que todo pase muy rápido y sin mucha capacidad de frenado para retomar el control instantáneo.
Todos hemos escuchado, en esta profesión, eso de… “bueno nos hemos ocupado tanto del negocio, que la Marca la dejamos atrás”.. o.. “hemos ido tomando decisiones para adaptarnos rápido y ahora la Marca no nos acompaña”. Es el típico caso al que llamamos ‘poner la Marca a la altura del negocio’. Y es muy normal y común.
A veces cuando pensamos en ello, imaginamos que las compañías pueden permitirse parar en boxes, detener lo que hacen y trabajar en lo que necesitan para poder continuar su viaje. Pero, masa por aceleración… eso jamás es así. Las compañías no paran, no pueden parar, su negocio continua y a veces en lugar de parar el tren para ponerlo a punto, hay que subirse en él y hacer las reparaciones en marcha.
Trabajar a alto nivel en esta profesión requiere la habilidad necesaria de subirse a un tren de alta velocidad en movimiento, tocar lo necesario, sin que pare y sin hacerlo descarrilar. Es más, en muchas ocasiones aunque sabes que tienes que cambiar el motor, empezarás por arreglar las luces o los asientos.
Empezar un proyecto de reposicionamiento cuando la nueva web ya está en marcha y avanzada, una nueva arquitectura mientras que siguen adquiriendo empresas o una nueva identidad mientras los de UX están haciendo un nuevo set de pictos… Esto lo hemos vivido todos, y es muy normal. No pueden esperarnos, tienen que seguir en movimiento, y nuestra responsabilidad no es hacerles parar tirando del freno de mano, es subirnos a su tren e intentar conectarlo todo en movimiento.
Eso diferencia las pataletas que no te llevan a ninguna parte más que a la frustación, tuya y de su compañía, de la capacidad de entender de qué va este juego y jugar las mejores cartas para que todo salga lo mejor posible, ya que en esta profesión el escenario perfecto e ideal, no te engañes, no existe salvo en contadas excepciones.
Cambiarles un posicionamiento entero desde un simple encargo de nuevos textos para la web, forzar un rebranding corporativo desde el desarrollo de un nuevo producto, o cambiar el nombre de una compañía desde una necesidad de mejora de Marca Empleadora. Eso es subirse a un tren que se mueve y cambiar el motor mientras creen que les cambias los asientos.
Y de eso va este juego. De subirse a masas con inercia que no van a parar, y ponerse delante sólo acabará contigo machacado en las vías.
En fin, o te mueves con ellos, o te mueven a ti.

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