Recordando el primer iPhone
By Enrique Dans
En el décimo aniversario del lanzamiento del primer iPhone, Jose Manuel Sánchez me envió dos preguntas para un artículo que estaba preparando para ABC. El título final, “Apple, el gigante que se tambalea y echa de menos el talento de Steve Jobs” (pdf), no refleja especialmente mi opinión al respecto, pero incluye algunos de mis comentarios, y me ha hecho recordar aquella época.
Viví la presentación del iPhone el 9 de enero de 2007 desde el CES de Las Vegas, comprobando cómo el lanzamiento de un solo dispositivo por parte de una compañía que ni siquiera estaba allí era capaz de robar completamente el protagonismo a todo el resto de la poderosa industria de la electrónica de consumo. Ya en aquel momento, la sensación de que Apple tenía la capacidad de marcar la agenda de toda la industria era clara y evidente.
Poco tiempo después, tuve la oportunidad de probar mi primer iPhone, al que hice la fotografía que aparece sobre estas líneas (que terminó incluida en un artículo de Wired). En aquellos tiempos yo era un devoto de BlackBerry, un dispositivo cuyo teclado echaré de menos toda la vida. Mis primeras impresiones sobre el iPhone no fueron especialmente buenas: el uso que hacía de la BlackBerry entonces ya se acercaba mucho a la idea de smartphone, de aparato en el que hablar por teléfono era lo menos importante y lo interesante era la capacidad de conexión y de correr aplicaciones, y aunque el planteamiento del iPhone me pareció profundamente disruptivo – y así lo dije en una sesión de formación a la propia RIM en junio del 2007 – seguí utilizando BlackBerry hasta 2010, año en el que comencé a utilizar terminales Android.
No volví a iPhone hasta mediados de 2015, y sin considerarme un fanboy de la compañía, sigo pensando que aunque cubrir el hueco que dejó Jobs es un reto difícil, la compañía no está pasando por ningún mal momento derivado de ello – o si lo está, espero que mis peores momentos sean como el que actualmente está pasando Apple. Estratégicamente, la compañía sigue marcando muchas de las tendencias en electrónica de consumo, sigue manteniendo un liderazgo importante en muchos aspectos, sigue manteniendo su capacidad de reinvención de categorías, y sigue vendiendo productos con una calidad que sigo considerando diferencialmente superior.
A continuación, el texto completo de las preguntas y respuestas que intercambié con Jose Manuel:
P. ¿Qué crees que ha aportado el iPhone?
R. El iPhone aportó prácticamente todo lo que hoy entendemos como smartphone, que no es poco: con el iPhone pasamos de considerar los terminales como teléfonos, como aparatos cuya funcionalidad principal era hablar, a considerarlos como ordenadores de bolsillo, cuya función era correr apps que proporcionaban todo tipo de funciones y que, eventualmente, podía servir también para hablar por teléfono. El planteamiento era tan radical, que muchos tardaron años en darse cuenta, y cuando lo hicieron, ya todas las marcas lo habían copiado y teníamos toda una generación de usuarios que utilizaban sus terminales de una manera completamente distinta. Pocos productos han generado un cambio de consideración tan fuerte y han conseguido instalarse de tal manera en nuestras vidas como el smartphone, y todo proviene del cambio que supuso el lanzamiento del iPhone.
P. ¿Crees que, desde la muerte del fundador de Apple, Steve Jobs, la compañía no ha sido protagonista de los grandes cambios tecnológicos, ha perdido capacidad de innovar y no ha presentado ningún producto considerado como revolucionario?
R. La capacidad de Apple para innovar depende de las categorías en las que es capaz de plantear reinvenciones. Lo hizo con el ordenador personal (había muchos ordenadores, pero el Mac reinventó la idea de ordenador personal), lo repitió con el iPod (que lideró la categoría “reproductor MP3” antes de que desapareciese), lo volvió a hacer con el iPad, que revitalizó y reinventó completamente la categoría tablet, y lo ha vuelto a hacer, aunque aún de manera tímida, con el smartwatch. A mí, una compañía que es capaz de, en un solo evento, replantear cómo pagamos, como accedemos a la música y cómo utilizamos un reloj me parece que tiene aún mucho músculo innovador, y eso lo hizo Apple en un evento hace tan solo dos años. Por otro lado, el ciclo entre la reinvención y la imitación se ha acortado mucho, lo que hace que cada vez más, Apple tenga menos tiempo para explotar las categorías que reinventa antes de que surjan competidores con planteamientos similares, y eso lleva a que se refugie en la creación ya no tanto de productos, sino de ecosistemas. En cualquier caso, y aunque Steve Jobs fuese un genio cuyo espacio es difícil de llenar, no me parece en modo alguno que Apple esté pasando por ningún tipo de sequía innovadora.
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