Asistentes de voz: una plataforma diferente

Asistentes de voz: una plataforma diferente

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By Enrique Dans

Marta G. Aller, de El Independiente, me llamó para hablar sobre asistentes de voz como Amazon Echo o Google Home, sobre los que he escrito bastante recientemente, y ha incluido algunas de mis opiniones en un artículo largo titulado “Hola, soy tu casa, ¿quieres algo?” (pdf)

Aunque aún no han sido lanzados en el mercado español, la presencia de este tipo de asistentes domésticos está creciendo fuertemente en el mercado norteamericano, con previsiones de crecer mucho más en 2017, y están presentes desde septiembre de 2016 también en el Reino Unido y Alemania.

A todos los efectos, debemos entender los asistentes de voz como una nueva plataforma: su desarrollo depende de su capacidad para atraer a desarrolladores y aplicaciones que sean capaces de incorporar en ellos nuevas habilidades. Es muy distinto plantearse un asistente de voz útil simplemente para poner cosas en tu lista de la compra, frente a plantearte que le puedes pedir canciones o listas en Spotify, encender y apagar las luces, subir o bajar la calefacción, pedirte una pizza, llamar a un Uber o que te lea un audiolibro, entre miles de posibilidades más.

También es importante entender sus importantes diferencias y limitaciones como interfaz con respecto a esa pantalla con la que tenemos tanta familiaridad: un asistente de voz se limita a leer una o dos opciones – añadir más lo convertiría en incómodo – frente a las múltiples posibilidades que nos ofrece una pantalla, lo que lleva a problemas derivados de la selección de esas opciones, como Google pudo recientemente comprobar. A la hora de solicitar a un asistente de voz cualquier cosa, debemos plantearnos que, muy posiblemente, el nivel de retroalimentación relacionada que nos ofrecerá será muy inferior al que nos ofrecería nuestro interfaz habitual, lo que puede generar incertidumbre, incomodidad o limitaciones en no pocos casos.

Pensar que Amazon pone en el mercado Echo únicamente para que añadamos cosas a nuestra lista de la compra es completamente absurdo, como la experiencia de uso está de hecho demostrando: los usuarios hacen uso de sus Echo para muchísimas cosas, desde programar una alarma hasta leer las noticias, pasando por saber la hora, encender luces o que les cuente un chiste. Es precisamente la velocidad de desarrollo de ese parque de aplicaciones y el crecimiento en sus niveles de uso lo que parece sugerir un proceso de adopción rápido.

La próxima entrada de otros competidores y el crecimiento de los actuales apunta a una implantación rápida. Hablamos de sistemas de procesamiento de voz avanzados, basados en machine learning y que dependen fuertemente del parque de usuarios y del nivel de uso para su lanzamiento en un idioma o para ir mejorando su rendimiento, de ahí la ventaja de Google al contar con la amplia base de usuarios de Google Now en los smartphones con Android (que le permite, por ejemplo, incluir el reconocimiento de las voces de hasta seis usuarios), y la reacción de Amazon al abrir la interfaz de voz a los usuarios de su app en smartphones. El desarrollo de un nuevo idioma no es sencillo porque depende precisamente de eso, del nivel de uso de sus asistentes de voz en ese mercado para contar con una buena base de datos para entrenar a sus algoritmos, pero no debería tardar demasiado su llegada al mercado español. A partir de ahí, deberemos pensar en esos dispositivos como centro de un ecosistema, como una plataforma en la que integrar una gama creciente de funcionalidades que la irán haciendo cada vez más útil y más atractiva, aunque no exenta, como todo, de algunos problemas.

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