Bluesky y las mariposas en el estómago
By Enrique Dans
La victoria de Donald Trump puede haber sido una auténtica bendición para un hombre que apostó todo a ello, Elon Musk, ahora reconvertido en asesor presidencial, pero posiblemente pueda no serlo tanto para una de sus propiedades, X (a la que muchos medios y usuarios siguen refiriéndose como «la antigua Twitter», evocando cierta nostalgia).
Según el último monitor publicado por Pew Research, X es la única red social que desciende en popularidad, y que es además vista por sus usuarios como fuertemente politizada.
Esto parece estar condicionando una cada vez más fuerte migración de usuarios de X hacia la que parece la alternativa emergente más exitosa, Bluesky, que acaba de superar los trece millones de usuarios a nivel mundial y de levantar capital en una Serie A para financiar ese crecimiento.
Un medio de comunicación fuertemente respetado, The Guardian, anunció ayer que dejaría de publicar en X por estar plagado de teorías de la conspiración ultraderechistas, discurso del odio y racismo, y su anuncio parece haber servido de espoleta para que muchos otros medios y muchos usuarios europeos se unan a la salida de X y a la elección de Bluesky como alternativa, que desde la óptica de quienes llevamos ya mucho tiempo en la plataforma se ve como un auténtico éxodo. De hecho, más de setecientos mil usuarios se han unido a Bluesky desde que se conoció el resultado de las elecciones norteamericanas.
Es posible que el logo de la mariposa y su paleta de azul, que evoca fuertemente el antiguo logo de Twitter, contribuyan a ello. Pero más allá de nostalgias, la realidad es que la experiencia de Bluesky se siente en muchos sentidos como la de la antigua Twitter: muchos perfiles interesantes, mucho respeto en las interacciones, y un tono habitualmente muy constructivo. Obviamente, parte de ello es el perfil de usuarios que la red está atrayendo, pero parte también es el hecho de que se trata de una red que aún no ha tenido tiempo de estropearse demasiado, que los habituales sinvergüenzas que se dedican a arruinar la experiencia de todo no han considerado aún suficientemente interesante como para atacar.
En Bluesky, al menos por el momento, no encontrarás idiotas comprando seguidores, ni usuarios obsesionados con el número de personas que les siguen para convertirse en influencers, ni cuentas falsas o satíricas que ridiculizan a terceros, ni acoso, ni muchas de las cosas que, desgraciadamente, poblaban X. Pero que no estén, no lo olvidemos, no quiere decir que no lleguen a aparecer en algún momento. Por el momento, quedémonos con las mariposas en el estómago que sentimos cuando probamos algo que comienza su fase de popularización, cuando todavía es una comunidad joven y razonablemente bienintencionada, cuando aún no da miedo salir a la calle…
Para los que decidan unirse a Bluesky, bienvenidos: es una red con fundamentos muy interesantes, con algunas diferencias y posibilidades adicionales con respecto a Twitter, y sobre todo, un entorno aún sin estropear. Yo llevo ya bastante tiempo publicando mis artículos en inglés en Bluesky, fundamentalmente porque el perfil habitual de la red era hasta el momento más angloparlante que hispanoparlante, pero posiblemente empiece a hacerlo también con los artículos en español y vaya también entrando en más diálogo. Como en casi todas partes, estoy como edans, y si decides seguirme y estás leyendo este artículo, ya sabes lo que te encontrarás.
No voy a dejar de publicar en X, al menos por el momento, aunque ahí llevo ya bastante tiempo interactuando realmente muy poco porque, como a muchos otros, me parecía que simplemente el ambiente se había estropeado. Para hacerse una idea de a qué nivel llegó Twitter, baste decir que desde hace mucho tiempo tengo que publicar todo lo que publico como actualizaciones a las que solo pueden contestar mis seguidores, opción que desactivo unos pocos minutos después, para evitar que los bots procedentes de bot factories en medio mundo se dediquen a lanzar contestaciones automatizadas con estafas y basura variada. Ver semejante nivel de degradación en una red como esa es algo que duele.
Mantengo cierta curiosidad por lo que va a ser la evolución de esa red, aunque ahora que Musk se ha convertido en un político, dudo que sea capaz de construir las cosas que prometía en su momento que iba a construir – y francamente, no sé si quiero que lo haga. Ahora, francamente, me interesa más la futura evolución de Bluesky que lo que pueda hacer X. Para que un estudioso y profesional de la innovación como yo haya tenido que dejar de seguir en X la cuenta de Elon Musk porque ya no aguantaba más su retórica y su dialéctica, muy mal han tenido que llegar a ponerse las cosas…
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